¡Mamá!
¿Qué te viene a la cabeza al escuchar esta palabra?
Ser madre es una aventura compleja, pero maravillosa. En ella se viven momentos muy entrañables que no se cambiarían por nada del mundo. Aun así, hay mujeres que a veces se sienten a punto del colapso.
Una madre llamada Helen compara sus vivencias a una “carrera de obstáculos”, en la que, al parecer, van surgiendo más vallas y cada vez más altas con el paso del tiempo.
Si eres madre, ¿concuerdas con estas palabras?
La situación actual de pandemia ha añadido una valla más a la difícil carrera que ya de por sí corren las madres. Bien por tener que atender a familiares enfermos, por vivir con la incertidumbre de cuándo uno de tus hijos tendrá que quedarse en casa porque alguien de su clase dé positivo, por no poder contar con alguna ayuda externa como antes de la pandemia, lo cierto es que la situación actual es especialmente estresante para las que llevan la mayor carga del hogar.
Las madres sacrifican su tiempo libre y gran parte de su vida social para que los hijos estén bien atendidos.
“Siempre estoy de guardia —dice Esther, madre de cinco hijos—. He cambiado los baños relajantes por duchas rápidas, las cenas románticas por comida precocinada. No he podido viajar mucho ni he visto muchos lugares ni he hecho muchas cosas; pero tengo toda la ropa lavada y planchada.”
Si eres madre, ¿te has sentido así alguna vez?
Como es natural, la mayoría de las madres también hablan de los inigualables instantes de alegría que experimentan en la crianza de sus hijos. “Una sonrisa de vez en cuando, un dulce ‘gracias, mamá’, un afectuoso abrazo, eso es lo que te mantiene en la lucha”, añade Esther.
Para muchas madres atender a sus hijos en casa y equilibrar esta tarea con su trabajo fuera de casa, es un número de malabarismo.
Las estadísticas de las Naciones Unidas indican que, en numerosos países desarrollados, más de la mitad de las madres con niños menores de tres años trabajan fuera de casa. En esta pandemia ha surgido una valla más en el recorrido: muchas madres han tenido que asumir el reto de llevar a cabo el denominado “teletrabajo” mientras a la vez atendían a sus hijos confinados en casa.
¿Te resulta familiar esta situación?
Puesto que los niños son los adultos del futuro, no hay duda de que sus madres – las mujeres que moldean su personalidad – merecen respeto, honra y apoyo.
Es interesante notar las palabras que hace miles de años se escribieron en el libro bíblico de los Salmos, al decir: “Los hijos son una herencia […], el fruto del vientre es una recompensa”. De modo que, según estas palabras, los hijos son una bendición de Dios y puede ser motivo de felicidad para sus padres.
Aun así, las Escrituras no presentan una visión irreal de la situación, sino que hacen constar muchas de las dificultades que se presentan en la crianza de los hijos, semejante a una “carrera de obstáculos”.
Veamos algunas sugerencias que te ayudarán como madre a saltar más fácilmente los obstáculos que van surgiendo en el recorrido:
SE RAZONABLE
Janet Penley, escritora y madre, aprendió el valor de este importante principio, cuando dijo: “Albergaba grandes expectativas cuando nació mi primer hijo —dice—. Tenía la intención de ser la mejor madre que jamás hubiera existido. Leí todos los libros y escuché a todos los especialistas, pero en vez de sentirme satisfecha y competente, acabé sintiéndome inepta y estresada.”
Explica que “tratar de estar a la altura de las expectativas ajenas e intentar amoldarte a un prototipo ‘ideal’ te desanima y genera inseguridad y sentimientos de culpa”.
Por lo tanto, “no esperes perfección de ti”, pide ayuda, busca el consejo de otras madres experimentadas y sobre todo busca el apoyo de aquellos familiares y amigos que comparten tus mismos intereses, valores y metas.
SIMPLIFICA
Muchas madres desean tener una vida más sencilla y holgada, pero la pregunta que muchas se hacen es…, ¿y cómo lograrlo?
Analiza estas dos sugerencias:
- Primero: establece prioridades.
El principio de Filipenses 1:10 tiene mucha razón al decir: “Asegúrense de las cosas más importantes”.
Siempre habrá mucho que hacer y probablemente algo se quedará sin terminar al final de cada día. Sin embargo, ¿no es cierto que al ir de vacaciones lo primero que metemos en el maletero del coche es la maleta que más ocupa? Después metemos otras maletas más pequeñas y otros objetos menos importante.
¿Qué hacemos si no nos cabe todo?
Desde luego que lo que no haríamos sería sacar la maleta más grande para meter los objetos más pequeños, ¿verdad? De forma similar, cuando estableces como madre tus prioridades, tomas mayor conciencia de qué cosas son aquellas de las que no se pueden prescindir, aquellas que, si o si “hay que meter en la maleta”, porque son las más importantes.
¿Y qué cosas son esas?
Ante todo, piensa en la atención personal y tiempo que tus hijos necesitan de ti para confirmarles tu amor. Cuando estos crezcan y se hagan adultos, probablemente sean esos momentos los que recuerden y aprecien con más cariño. Si, aquellos en los cuales les escuchaste, encomiaste, corregiste y jugaste, momentos que hicieron que te convirtieras en su mayor cómplice al pasar tiempo con ellos, en definitiva, a ser su mejor amiga.
- Segundo: analiza tu modo de vivir.
Tal vez tengas que renunciar a algunas actividades que realizabas antes de ser madre o a posibles posesiones que no son realmente necesarias y que consumen mucho tiempo. Para una saltadora de vallas, sería difícil hacerlo si tuviera que cargar con una mochila a la espalda. En vista del esfuerzo físico y desgaste emocional que ya supone ser madre, bien merece la pena “aligerar la carga” de todas aquellas cosas que puedan entorpecer la satisfacción que entrañada el ejercer como madre.
BUSCA MOMENTOS PARA RELAJARTE
Se puede decir que ser una buena madre en buena parte depende de tu capacidad para no perder el equilibrio en los momentos difíciles. Es cierto que tus hijos precisan de ti, pero de seguro que también desean que estés feliz y contenta. Por tanto, necesitas invertir también tiempo para ti y descansar lo suficiente. Buscar esos momentos relajantes reducirán la tensión y el desgaste acumulados.
Dedicarte tiempo a ti no es egoísmo, ni siquiera una manera de recompensarte por tan ardua labor, sino una manera de respetarte y valorarte.
Recuerda algo importante: cada carrera tiene una meta, y para ti será tener la satisfacción de haber ayudado a tus hijos a que se conviertan en adultos responsables y con valores que les ayudarán a tomar las mejores decisiones para que realmente sean felices en la carrera de la vida.
Para la siguiente ocasión, abordaremos un tema preocupante ocasionado en buena parte por la pandemia. Muchos negocios se están viendo muy afectados por la crisis económica e incluso algunos se han visto obligados cerrar después de décadas de trabajo.
¿Qué consejos pudieran ser útiles ante tales circunstancias?
El próximo día hablaremos de ello.
Mientras tanto, recibid nuestro ánimo junto con nuestros mejores deseos.