“¿Qué se dice…?”.
Seguramente en más de una ocasión, recordamos cuando éramos pequeños, cómo nuestros padres nos hacían esa misma pregunta para hacernos ver la importancia de ser agradecidos. Más tarde, cuando nosotros hemos sido padres, hemos seguido ese mismo legado enseñando a nuestros hijos pequeños a actuar con gratitud.
Y es que ser agradecidos no es solo cuestión de educación sino también una muestra de expresar aprecio por lo que otros hacen por nosotros.
Hoy día vivimos en un mundo donde la ingratitud y la falta de aprecio por lo que otros hacen es lo común.
Curiosamente un antiguo libro muy respetado y que ofrece sabios consejos, es decir, la Biblia, contiene una motivadora declaración que contrasta con la actitud predominante de este mundo, al decir: “Den gracias por todo” (1 Tesalonicenses 2:17)
Reparar en detalle sobre lo que otros hacen para nuestro beneficio – por insignificante que parezca – puede cambiar nuestro modo de ver la vida y de hacer frente a los problemas.
Por lo tanto, quizás merece la pena de cuando en cuando y a modo personal que nos hagamos la siguiente pregunta:
¿Me considero una persona agradecida?
Quizás conocemos a personas que creen merecer todo lo que tienen o lo que reciben, y que parece que no ven necesario dar las gracias a otros.
¿A qué se debe esa ingratitud?
Al orgullo, el ingrediente principal de la falta de gratitud.
Por lo tanto, ¿qué razones tenemos para ser personas agradecidas?
Veamos tres razones:
LA GRATITUD REFUERZA NUESTRA AUTOESTIMA
Un motivo importante para ser agradecidos es que así se refuerza nuestra autoestima.
¿No es cierto que tanto quien da las gracias como quien las recibe se sienten bien?
Piensa en lo siguiente: Si alguien está dispuesto a hacer algo por nosotros, es porque piensa que lo merecemos y porque le importamos. Eso hace que nos sintamos bien con nosotros mismos. Y esas iniciativas de hacer el bien por otros, cobra aún más valor cuando quien se beneficia es alguien a quien no conocemos.
Por lo tanto, ¿cuál es el punto?
Son muchas las personas que a lo largo de su vida se han sentido solas y que no le importaban a nadie.
De ahí la importancia de tomar la iniciativa solidaria y altruista de hacer lo que esté en nuestra mano para lograr que esas personas se sientan valoradas y que tengan razones para sentirse agradecidas. En otras palabras: el amor en acción produce gratitud en otros.
LA GRATITUD VALORA LO QUE OTROS HACEN POR NOSOTROS
Todos necesitamos sentirnos valorados.
Cuando le damos las gracias de corazón a alguien que ha hecho algo bueno por nosotros, podamos lograr que se estrechen nuestros lazos e incluso una nueva y bonita amistad.
Por otro lado, las personas agradecidas probablemente estén más dispuestas a ayudar a otros. Como se fijan en lo que hacen o se hizo por ellas, se sienten motivadas a tratar con bondad a los demás. Y es que ayudar a los demás nos hace felices, pues, como se dijo hace siglos, “hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35)
La persona agradecida reconoce que en verdad depende de los demás en muchos sentidos y que no puede vivir sin la ayuda y profesionalidad de otros.
Por ejemplo: ¿quién no ha necesitado en alguna ocasión atención médica? ¿quién no ha necesitado orientación en cierta gestión importante? ¿quién no ha tenido que llamar en ocasiones a alguien para que nos reparen una avería?
Hablando de la relación que hay entre la gratitud y el aprecio, fue llamativo especialmente durante el confinamiento, los muchos gestos reconocimiento cuando una buena parte de la población salíamos cada día a las terrazas a eso de las 8 de tarde para aplaudir la buena labor de sanitarios, policías y protección civil.
¿Qué podemos decir ahora?
Muchos sanitarios han reconocido que, aunque en su día agradecieron todos esos gestos de apoyo y aprecio como señal de gratitud, ahora reconocen que de algún modo los echan de menos, especialmente cuando ven la falta de sentido común y responsabilidad de parte de algunos que se exponen a ser contagiados por el virus de forma innecesaria en sus ratos de ocio.
¿Podría ser esa una buena manera de demostrar aprecio por este sector el seguir las recomendaciones sanitarias y así evitar que trabajen más de lo que sería necesario como muestra de nuestro agradecimiento?
LA GRATITUD NOS AYUDA A SER POSITIVOS
La mente actúa en cierto sentido como un filtro, que deja pasar unas cosas y rechaza otras.
Las personas agradecidas tienden a concentrarse en las cosas positivas y prestan menos atención a los problemas.
Los científicos han descubierto que tener la costumbre de dar las gracias cambia la manera de funcionar nuestro cerebro, y nos resulta más sencillo ser positivos.
Cuanto más agradecidos somos, más cosas buenas vemos en otros, y eso nos hace todavía más agradecidos. Ni que decir tiene que esa manera de ver la vida nos ayuda.
Si somos agradecidos, no seremos negativos. Es difícil sentir gratitud y al mismo tiempo tener envidia, estar triste o guardar resentimiento.
Además, las personas agradecidas no suelen ser personas materialistas, pues valoran lo que tienen y sienten el impulso de compartir con otros en vez de tratar de conseguir más y más cosas para sí mismos.
Si queremos ser agradecidos, es importante que nos fijemos en las cosas buenas que tenemos.
Para ello, dediquemos tiempo “todos los días” a pensar en las cosas por las que dar las gracias e incluso anotémoslas.
Valoremos incluso “las cosas pequeñas”, los pequeños detalles que favorecen nuestro bienestar y no los demos por sentado.
Cuanto más lo hagamos, más natural será para nosotros sentirnos agradecidos y seremos más felices que quienes se centran en los problemas de la vida.
Así es, las personas agradecidas son más felices, por eso, recordemos:
“Den gracias por todo”
Algo muy relacionado con el agradecimiento tiene que ver con el concepto que tenemos de los demás, es decir, la opinión que tenemos de otros.
En muchas ocasiones hemos oído aquello de: “Piensa mal y acertarás”.
Ahora bien, ¿qué hay del “Piensa bien y acertarás”?
La próxima ocasión hablaremos de la importancia de ver a los demás desde una óptica apropiada y cómo eso puede mejorar nuestras relaciones con los demás.
Aprovechamos la ocasión mientras tanto, para enviaros un cordial saludo junto con nuestros mejores deseos.