¿Es posible que dos personas vivan felices juntas por tiempo indefinido?
Muchas personas consideran que hoy día ser feliz dentro del matrimonio es todo un reto e incluso algo imposible. Cada vez es más común el incremento de separaciones y divorcios, por eso muchos no ven que un enlace matrimonial garantice el que un hombre y una mujer sientan el compromiso de vivir juntas de forma indefinida.
Sin embargo, a pesar de las dificultades y tensiones que en ocasiones se puedan experimentar dentro del matrimonio, este no tiene por qué ser una unión temporal, al contrario; dos personas con antecedentes diferentes pueden disfrutar de una relación segura y duradera para siempre.
Entonces, ¿cuál es la clave para garantizar un matrimonio duradero y feliz?
Hay dos factores fundamentales que lo hacen posible: EL AMOR Y EL RESPETO
Si ambos cónyuges se tratan con amor y respeto, obtendrán felicidad y muchas bendiciones.
Ahora bien, ¿qué es exactamente el amor y el respeto?
Hablemos en primer lugar de la primera clave:
EL AMOR
Aunque alguien pudiera pensar que la palabra amor dentro del matrimonio se refiere al amor romántico, en realidad esta palabra implica mucho más. De hecho, esta clase de amor está basada en la atracción sexual y es bien sabido que la emoción y euforia que este produce puede disminuir con el paso del tiempo.
Hay un libro que explica muy bien qué es exactamente el amor y ese libro es la Biblia.
Este libro inspirado habla de las diferentes clases de amor que existen en una relación marital. Una es el afecto o cariño que se siente por otra persona, el amor que se tienen los amigos íntimos. Otra clase de amor es el que se profesan los componentes de la familia. Una tercera clase de amor es el romántico, del que antes hicimos mención.
De modo que es sólo en el matrimonio donde el amor hace su ejercicio más completo y donde convergen todas sus facetas, pues vemos a nuestro cónyuge como nuestro mejor amigo, nuestra familia más cercana y como no, la persona que llena nuestros ojos de romanticismo e ilusión.
No hay ningún otro estamento en nuestra sociedad donde esto sea posible, pues el matrimonio es la relación más íntima que existe y el amor puede protegerlo.
Sin embargo, hay otra clase de amor que no se ha mencionado y que resulta fundamental para la felicidad en el matrimonio. De hecho, es un tipo de amor superior a los demás. Es un amor piadoso que se rige por principios, lo cual no significa que carezca de afecto y ternura.
Esta cuarta clase de amor en griego se dice a·gá·pe y se define como “un interés altruista por hacer a los demás lo que es propio y bueno desde el punto de vista de Dios, sea que el destinatario lo merezca o no”.
Este amor hace posible que la pareja casada sepa manejar las diferencias con paciencia y que esté dispuesta a perdonar los errores que provocan desunión.
El despliegue del amor “a·gá·pe” tiene un alcance inconmensurable. Una hermosa descripción de esta clase de amor basada en principios es esta: “El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todas las cosas las soporta, […] todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla” (1 Corintios 13:4-8)
Esta cuarta expresión del amor “nunca falla”. Siempre existirá. Es más, puede hacerse aún más fuerte con el paso del tiempo. Y como es sufrido, bondadoso y sabe perdonar, las relaciones personales que se basan en esta cuarta clase de amor son estables y felices, a pesar de las imperfecciones.
En realidad, sin el amor el matrimonio, la familia o la amistad no subsistirían.
Hablemos ahora de la segunda clave:
EL RESPETO
El respeto se define como “miramiento, consideración, deferencia”, y es sinónimo de “honra”
Así es. Si queremos honrar a nuestro cónyuge, debemos tratarlo con consideración, respetando su dignidad y opiniones, y sobretodo estando dispuestos a complacerlo en todo lo que sea razonable.
El respeto ayuda al matrimonio a aceptar las diferencias de opinión. No es razonable esperar que dos personas tengan criterios idénticos en todo. Lo que puede ser importante para el esposo, posiblemente no lo sea para la esposa, y lo que a esta le gusta, puede que a él no le agrade. Pero cada uno debe respetar los criterios y gustos del otro, en tanto estos estén dentro del marco moral y razonable de aquellos principios que dieron origen al estamento del matrimonio.
Además, cada uno debe respetar la dignidad de su pareja, no haciéndola objeto de comentarios o bromas degradantes ni en público ni en privado.
Hasta ahora hemos definido qué implica el amor y respeto dentro del matrimonio.
Si bien es cierto que estas dos cualidades deben mostrarse de forma mutua entre el esposo y la esposa, normalmente el esposo valora más que se le respete y la esposa que se le ame.
De modo que, quizás un buen resumen de todo lo expuesto hasta ahora podría ser este: “Cada uno de nosotros debe amar a su esposa tal como se ama a sí mismo. A su vez, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo”
CONCLUSIÓN
Es cierto que todos los matrimonios tienen sus altibajos. Pero cuando una pareja basa su relación en el amor – con todas sus facetas- y en el respeto, puede tener la confianza de que su matrimonio será permanente y feliz.
De este modo no solo se honrarán mutuamente, sino que también honrarán a quien dio origen al matrimonio.
Ahora bien, ¿cómo se puede medir el grado de amor y respeto que se tiene dentro del matrimonio?
Un rasgo importante y que puede servir de “termómetro” para ver el grado de amor y respeto que se tiene entre cónyuges está muy relacionado con la buena comunicación.
Hablaremos de eso la próxima vez con el título: “Matrimonios fuera de cobertura”
Mientras tanto, aprovechamos para enviaros un afectuoso saludo junto con nuestros mejores deseos.